28/3/11

Don Quixote



Manuel Iradier foi un explorador e inventor vasco que dende neno soñara con emular ao seu admirado Stanley, a que coñeceu en Vitoria sendo adolescente. A súas dúas viaxes exploratorias ao Muni foron recollidas rimbombantemente en África:viajes y trabajos de la Asociación Eúskara La Exploradora; reconocimiento de la zona ecuatorial de África en las costas de occidente; sus montañas, sus ríos, sus habitantes, clima, producciones y porvenir de estos países tropicales, posesiones españolas del Golfo de Guinea; adquisición para España de la nueva Provincia del Muni; primer viaje: exploración del país del Muni, 1875 - 1877; secundo viaje: adquisición del país del Muni.
A súa xeira patrioteira, mitificada até o extremo, conlevou o nacemento e morte da súa filla en terras de Guinea, e unha xeira realmente quixotesca. Iradier morrería esquencido en 1911. Convidámosvos a ler este paragrafo da súa obra, que non ten desperdicio para comprender o patético papel de España no reparto de África, nun intre no que Francia e Alemaña colonizaban de facto Camerún e Gabon:

Sin descansar, me dirigía a verme con el presidente de la Sociedad [Geográfica] pero supe que estaba en Berlín en el Congreso Geográfico y Colonial. Acto continuo fui a ver al presidente de exploraciones y tampoco pude verlo porque hacía dos o tres días había salido a una excursión. No estando los representantes de la Sociedad, tomé el tren expreso de la noche y me fui a abrazar a mi familia a Tardienta, pequeña aldea de la provincia de Huesca en donde el alcalde, el cura, el secretario y varios vecinos me despidiieron con un banquete "testimonio de gratitutd que da este rincón de Aragón al hombre que ha conquistado para España tierra de moros" según me expresó la primera autoridad del pueblo.
No olvidaré nunca a los nobles aragoneses de Tardienta. Ellos, sin conocerme, sin noción del valor de la empresa que en nombre de la Sociedad de Africanistas había realizado en África vislumbraron que algo como patriotisnmo entraba por mucho en el hecho; comprendieron que se trataba de un beneficio a la patria y no pensaron en si este beneficio era grande o chico. Allí, en los escaños de una lóbrega cocina, alumbrados por el oscilante calndil, entre el chisporroteo de la leña y el chirrido del tradicional asador, se dio el primer grito de: ¡Viva el Muni por España!


Fotografía: banco con azulexos que recollen escenas de Don Quijote de la Mancha, en Malabo (Guinea Ecuatorial).

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