E pasaron
Reproducimos a continuación un texto de Arcadi Espada sobre a caída de Barcelona, que pode gostar máis ou menos, pero que nos interesa aquí por moitos motivos (http://www.arcadiespada.es/2009/01/24/24-de-enero):
La caída de Barcelona. No hubo tal. En Barcelona los franquistas no tuvieron que aplastar un sola barricada. Ni desarmar a un solo francotirador. Barcelona fue una ciudad abierta, como el París rendido a los nazis. Un día me hablaba Joan Capri, el humorista, de aquella mañana. Salió a la Diagonal, era un crío, vio pasar los tanques y se puso delante de uno, levantando las manos, para rendirse y provocarlos. No le echaron cuenta y siguieron. Creo que ésa fue toda la resistencia. No sólo eso. Al día siguiente fueron a la plaza las multitudes, y la más hermosa sonreía al más fiero de los vencedores, en perfecta lírica hispánica.
Están las fotos. Es extraño que con las fotos de los desfiles y de las misas de campaña no se haya practicado nunca, que yo sepa, alguno de esos llamativos reportajes basados en la retrospección. Sólo he visto un intento de trabajo (digamos) sobre estas fotografías. Hace pocos días en el suplemento Quadern, del diario El País.
Reproducían una foto de la Gran Vía, con el Ejército de Navarra entrando, camino del puerto. A un lado y en la misma dirección de los militares, caminaba un civil. Las conclusiones que obtenía la autora de la nota eran puramente extraordinarias. La foto simbolizaría la caída: unos entraban y otros huían. La operación hermenéutica, claro está, necesitaba convertir al hombre de las gafas en un patético protoexiliado y el maletín (de médico o de filatélico, quién sabe nada) en una maleta donde iban sus pertenencias. La realidad nunca arredra a los hermenéuticos.
En relación a las fotos yo me conformaría con algo más empírico: observar detenidamente los retratos de la muchedumbre que saludaba a los franquistas y tratar de localizar a los supervivientes, que aún debe haberlos. Este periódico donde te echo las cartas, y que es valiente: que insertara retratos a toda página y encima la leyenda: «¿Fue usted alguno de ellos? ¿Estuvo aquel 27 de enero en la misa de campaña de la plaza de Cataluña, practicando la llamada genuflexión de Barcelona? ¿O el 21 de febrero, en el gran desfile, con Franco presidiendo en aquel balcón, tan barcelonés, de la Diagonal? ¿Puede contarnos su experiencia?» Yo animo al periódico al gran reportaje, y estoy seguro de que tú lo animas conmigo.
A memoria oral e as fotografías dun protagonista dos feitos. O seu diario de guerra e parte de operacións como documento. A prensa da cidade. Os discursos literarios. As preguntas dos historiadores. Este cocktail desactiva calquer debate gremialista e permite achegarnos a un evento histórico (neste caso, a toma de Barcelona polas tropas franquistas) de xeito ricaz e complexo, porque complexa é a realidade do presente, tanto ou máis é a realidade do pasado. Esta é a Historia na que cremos.
Fotografías: Arquivo de J. G. T. (26 de xaneiro de 1939). Cruce do río en Sant Climent de Llobregat, panorámica da Barcelona antes da conquista e xa ocupada.
1 comentario:
Moi dacordo co teu último comentario mas... pode-se dicir que o comentario de Arcadi Espada é xusto con esa complexidade? Non é máis ben unha sospeitosa simplificación produto da posición ideolóxica do seu autor? Que fácil é ser antifeixista a touro pasado. Se el tivese estado alí sería o primeiro en facer o que houbese que facer para salvar o cu!
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